El manicomio
La noche calló junto con la lluvia, mientras conducía mi vehículo hacia mi casa, pero el bosque y la tierra mojada no querían dejarme ir, de repente entre las sombras un cuervo aparece entre las sombras y se incrusta en el parabrisas pierdo el control del auto, salgo del camino un tronco debajo del auto me detiene, pero las ruedas flotan sin poder agarrase al suelo...Bajo de mi auto mientras la lluvia me empapa, observo a mi alrededor y veo entre el bosque a lo lejos unas luces, camino abriéndome paso entre la lluvia y el bosque.Al salir del bosque encuentro un claro y un edificio de color blanco, alumbrado por unas pocas luces y de aspecto lúgubre, quedo en frente de una puerta grande de doble hoja, sobre esta un letrero que reza así: " Clínica mental".Me acerco a la puerta, la empujo y esta sede... entro, a una habitación lúgubre con suelo de baldosa alumbrado por algunas velas, de forma cuadrada con un mesón al fondo y una anciana de bata blanca sentada detrás, al lado de ella un candelabro que la ilumina, mientras anota algunas informaciones en unas hojas de papel.
Me acerco despacio a ella mientras mis pasos resuenan por toda la habitación, llego la mesón y la señora levanta su blanca cabellera, y me mira con un ojos verde entremedio de un tierno rostro arrugado, y me dice con una voz maternal y calmada:" ¿Que deseas hijo?", respondo un solo: "He quedado en pana y necesito un teléfono para poder, llamar a casa y a una grúa para que me venga a sacar", la anciana desvía su mirada levanta el teléfono, y lo deja sobre el mesón, llamo a casa pero no contesta nadie, solo un pitido intermitente que resuena en mi oído, sin ningún resultado mas que el pedido, cuelgo el teléfono, y llamo a una grúa, pero también esta vacía, vuelvo a colgar el teléfono, doy media vuelta y me dirijo al auto, pero al señora se incorpora y me dice: " Hijo donde piensa pasar la noche, la noche es fría y no es recomendable, pase la noche aquí, tenemos unas habitaciones vacías, y mañana vuelva a intentarlo"... Yo no sabia lo que esta decisión me traería como consecuencia, confié en la amabilidad de la señora que me miraba con eso ojos hermosos, de color verde esmeralda, que me evocaban los ojos de mi abuela, me dirijo hacia ella nuevamente, y ella me pasa una almohada y sabanas blancas, mientras me dice mi pieza, jajá jajá, maldito numero es el numero de mi prisión de mi delirio...
Me dice la dulce encina...Mirándome fijamente a lo ojos, habitación 69, la ultima a la derecha...Mi rostro dibuja una sonrisa morbosa mientras mi mente divaga y vuelve a la casa donde me espera mi familia, mi esposa y mi pequeña hija... Llego al maldito número ambiguo y perverso que llena de todo tipo de pensamiento al ser humano pero era mi prisión y mi tumba. La habitación esta toda acolchada, y al fondo un colchón con cadenas colgando, me tumbo sobre la cama y miro el techo blanco y el sueño poco a poco me invade hasta que me dejo llevar por el...
Despierto en la misma habitación blanca, y me digo a mi mismo que no era un maldito sueño, me levanto y la puerta de la habitación a medio abrir, me acerco despacio... Abro la puerta y ante mi aparece una camisa de color blanco, levanto la vista y vuelvo a la posición erguida...Mientras mi boca dibuja una entupida sonrisa como la de un niño travieso pillado por un adulto.
El hombre vestido de blanco me sigue con la mirada hasta que me detengo y nuestros ojos se encuentran, trata de emular mi rancia sonrisa, pero el resultado es una sonrisa tosca y molesta... Cuando mi cabeza entra en razón avanzo para salir pero el hombre no me deja pasar... trato de hacerle algunas fintas para burlarlo pero es inútil no me deja salir de la maldita habitación blanca...después de algunos minutos en una tonta jugarreta de niños, el paramédico llama a un compañero, y le dice muy fuerte casi gritando-"Hay un nuevo paciente jajajaja"-Mi mente revoloteo por algunos minutos, mientras pensaba para mi... -"esto es una broma un maldita y entupida broma"-
Trato nuevamente de salir de la habitación pero es inútil estos malditos hombres de blanco no me dejan salir de aquí maldición, no estoy loco solo soy un hombre que tuvo un accidente y que por esa razón estoy aquí, no estoy loco, no estoy loco, no estoy loco...... aaaaaaaaaaaa.....
Me dejan salir luego de algunas horas de la maldita habitación blanca y me dirijo a la recepción del hospital, pero la anciana no esta, llamo a mi casa y no contesta nadie, llamo a la grúa y van en auxilio de mi vehículo... Luego de una par de horas vuelve a llamar la grúa diciendo que el auto no estaba... Maldición me robaron le auto... pero esta gente me mira extraño, trato de explicar que no estoy loco pero no me creen y me tratan como un niño pequeño contando historias fantásticas a sus padre... No me dejan salir... No puedo salir...
Escribo una carta y la mando a mi hogar, para que mi esposa y mi pequeña hija las vean... Ireth, escucha mis suplicas que mientras mas tiempo pasa mas loco me vuelvo... Jechu hijita mía, por favor, acuérdate de mi y sálvame... de morir como un loco...
4 meses ya han pasado, desde que envié la carta y no obtengo respuesta alguna... me pregunto a mi mismo, existió Ireth, existió Jechu o solo fueron producto de mi imaginación, para apalear mi soledad, o solo cuentos de niños que me contaron, para darme una esperanza, y un objetivo por el cual vivir... Nunca existieron, nunca existieran... ya no hay nada por lo que vivir, solo condenarme a la locura, y haber soñado una utopía... Nunca existieron... Pero siempre las llevare en mi corazón, quizás exista Ireth, pero jechu nunca existirá, porque la mitad de ella se vuelve loco, por una fantasía que sueño demasiado real... Adiós, y prefiero dejar este mundo cuerdo antes que los fantasmas de mis dos amadas, comiesen a carcomer mi psique....
La habitación blanca como le amo, se tiñe de un rojo carmesí, que escurre y se pierde por debajo de la puerta....